
Del caos total a un acuario de aquascaping: cómo rescaté un tanque en 60 días
A veces, un acuario parece más un campo de batalla que un trocito de naturaleza. Y cuando eso pasa, hay dos caminos: Rendirse o remangarse. Hoy te voy a contar el caso real de Gustavo, un cliente que estuvo a punto de tirar su acuario por la ventana. Literal.
Cuando todo va mal (y aún puede ir peor)
Gustavo apareció en la tienda con cara de desesperación. Tenía un acuario de 180 litros que era un desastre: agua turbia, algas por todas partes y un filtro interior que no daba la talla. Lo peor es que ni siquiera sabía qué estaba fallando.
Así que me puse manos a la obra: me contrató una asesoría personalizada, me pasó fotos, vídeos y le pregunté por todo. Literalmente. Hasta por sus horarios y el tiempo que podía dedicar al mantenimiento.
El primer paso: Limpiar
Lo primero fue atacar el problema más evidente: El agua putrefacta.
Hicimos un cambio de agua del 80%, usando agua de osmosis. Además, sustituimos el filtro interior por uno exterior de 1.000 litros/hora, pero conservando el material biológico viejo para no perder la colonia bacteriana.
El cambio fue brutal. En una semana, el acuario ya no parecía el mismo.
Pero esto solo era el comienzo.
El origen del caos: Comida, niños y exceso de materia orgánica
Gustavo tiene dos peques en casa que se emocionaban con los peces… y con darles de comer. Vaciar medio bote de comida al día no es buena idea.
Mi consejo aquí fue claro: Preparar las raciones diarias y explicar a los niños que si se pasan, los peces pueden morir. Mano de santo.

Las algas: La batalla más dura
El acuario estaba invadido por lo peor de lo peor: alga pincel, barba y cuerno de ciervo. Un tridente temido por cualquier aficionado. Lo que hicimos fue drástico pero necesario: eliminé todas las hojas de todas las plantas, dejando solo los rizomas. Al brotar de nuevo, las hojas salieron limpias.
Además, empezamos una rutina diaria de abonado controlado: potasio y fitohormonas. Nada de excesos. A los 30 días, las plantas ya estaban brotando sanas y los cristales seguían impecables.

Y cuando parecía que todo iba bien… turbidez otra vez
A mitad del proceso, volvió la turbidez. Pero esta vez la causa era distinta: Alga unicelular en suspensión. La solución fue rápida: instalamos una lámpara germicida UV y en dos noches desapareció.
Gustavo, para entonces, ya confiaba plenamente en mí. Sabía que cada paso tenía un porqué y un para qué.

Abonar sí, pero con cabeza
Durante el primer mes el abonado fue mínimo, lo justo para mantener las plantas vivas sin alimentar más algas.
A medida que el acuario se estabilizaba, fuimos introduciendo NPK, trazas e incluso algo de hierro, pero siempre en dosis bajas y espaciadas.
El empujón final: CO₂, nueva luz y replantado
Al día 50 ya estaba todo bajo control. Entonces le propuse a Gustavo un segundo empujón: instalación de CO₂, cambio de pantalla a una WRGB2 de Chihiros y replantado con especies nuevas como Eleocharis Montecarlo, Staurogyne repens, entre otras.

También añadimos algunas rocas para estructurar el paisaje y el resultado fue espectacular. El acuario pasó de estar al borde del colapso a parecer de exposición.
¿Y ahora qué?
Este caso me dejó una cosa clara: Muchos acuarios que parecen perdidos pueden recuperarse si se hace bien, con paciencia y con método.
Estamos valorando montar un acuario de 100 litros como proyecto didáctico para YouTube, donde mostrar cómo revertir situaciones extremas en directo. Ya veremos cómo y cuándo lo hacemos, pero ganas no faltan.
Ideas clave para rescatar un acuario al borde del colapso
- Un cambio de agua del 80% puede ser el primer gran paso para resetear un ecosistema contaminado.
- Sustituir el filtro por uno más potente y mantener el material biológico antiguo ayuda a evitar desequilibrios bacterianos.
- Racionalizar la comida, sobre todo si hay niños en casa, es clave para evitar acumulaciones de materia orgánica.
- Eliminar las hojas afectadas y dejar solo los rizomas permite una regeneración limpia de las plantas.
- Abonar con cabeza: empezar solo con potasio y añadir el resto de nutrientes de forma progresiva.
- El CO₂ y una buena iluminación son el empujón definitivo para que un acuario saneado florezca.
Y lo más importante: Si tú también estás a punto de tirar la toalla con tu acuario, no lo hagas.
Hay solución.
Solo necesitas saber qué hacer, hacerlo en orden y tener un poco de paciencia.
Apúntate a nuestra newsletter
Cada día un correo con interesantes consejos prácticos que te ayudarán a cuidar y mantener tu propio acuario plantado.
Día que no estás dentro… consejo que te pierdes.
No digo “na” y lo digo “to” ¡CHAO!