Ep 181 | Cómo preparar tu acuario para el cambio de verano a otoño

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Ep 181 | Cómo preparar tu acuario para el cambio de verano a otoño

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Consejos prácticos para cuidar tu acuario durante el cambio de verano a otoño

El final del verano siempre trae cambios, también dentro del acuario.
Las temperaturas bajan, la luz natural se reduce y las rutinas de mantenimiento necesitan un pequeño reajuste.
Hoy te voy a contar cómo hacer una buena transición del verano al otoño sin que tus peces ni tus plantas sufran más de la cuenta.

Por qué el verano pasa factura al acuario

El verano suele ser la época más exigente para cualquier acuario.
El calor prolongado y las oscilaciones de temperatura hacen que mantener la estabilidad del sistema sea más difícil.

A muchos les ha costado mantener el agua por debajo de los 26 °C, porque con el calor ambiental no es raro que se dispare a 28 o 30 °C.
Y eso, tanto para peces como para gambas, puede ser un problema serio.

Recuerdo un cliente que se las ingenió para mantener su acuario fresco durante todo el verano.
Aprovechó el aire acondicionado de casa, le colocó un tubo corrugado dirigido hacia la superficie del acuario y logró mantener el agua a unos 24 °C todo el verano.
Una auténtica muestra de creatividad.

En realidad, ese tipo de soluciones caseras muestran que con un poco de ingenio se puede hacer mucho por la estabilidad del acuario.

El reto del otoño: temperaturas que suben y bajan

Cuando llega septiembre, los días aún pueden ser calurosos, pero las noches refrescan.
Y ese contraste puede ser más peligroso que el calor del verano.

En esta época puedes encontrarte con una situación curiosa: por el día tienes que enfriar el acuario, y por la noche calentarlo.
Eso hace que la temperatura del agua oscile, y los peces no lo llevan bien.

El objetivo es mantener una temperatura lo más constante posible, idealmente entre 24 °C y 26 °C.
Una variación de un grado y medio es tolerable, pero si se superan los dos grados de diferencia, aparecen los problemas: estrés, bajada de defensas y, en muchos casos, el temido punto blanco.

Las gambas, además, son especialmente sensibles.
A más de 26 °C dejan de comportarse con normalidad y su metabolismo se desajusta, lo que se traduce en menos actividad y más bajas.

Por eso, lo importante en esta transición es no bajar la guardia: seguir controlando la temperatura, pero sin provocar cambios bruscos.

Una segunda oportunidad para tu acuario

El otoño puede ser una época fantástica para darle un aire nuevo a tu acuario.
Después del desgaste del verano, muchas plantas habrán sufrido y el sustrato puede estar agotado.

Aquí me gusta aprovechar para hacer un pequeño “restyling”: renovar parte del sustrato, replantar y ajustar la rutina de abonado.
No hace falta desmontar todo, basta con añadir una capa de sustrato nuevo (por ejemplo, un sustrato medio como el de Tropical), recortar las plantas que hayan sobrevivido bien y plantar algunas nuevas.

También es buen momento para revisar la rutina de abonado.
En verano, con el calor, las plantas crecen menos y no absorben igual los nutrientes.
Ahora, con temperaturas más suaves y más horas de luz artificial, puedes volver a un esquema de abonado más activo.

Retomar las rutinas de mantenimiento

Durante el verano solemos aumentar los cambios de agua para compensar la evaporación y las subidas de temperatura.
En otoño, podemos volver a la rutina normal: cambios regulares, menos frecuentes, pero constantes.

Es buena idea también revisar el estado del filtro y del calentador, especialmente si han trabajado al límite durante los meses de calor.
Un calentador que en verano no usas puede no funcionar bien cuando lo vuelvas a conectar.
Y un filtro que ha tenido más carga biológica por el calor puede necesitar una limpieza más profunda.

Si usas ventiladores o sistemas de refrigeración, puedes ir retirándolos poco a poco, pero sin prisas.
Lo importante sigue siendo la estabilidad, no la temperatura exacta.

Un momento ideal para reorganizar y aprender

El otoño no solo es una oportunidad para renovar el acuario, también para revisar cómo ha funcionado durante el año.
Puedes observar qué plantas han resistido mejor el verano, qué zonas se han llenado demasiado o si hay partes del acuario que podrías mejorar en diseño o mantenimiento.

A mí me gusta ver esta época como una segunda oportunidad anual para afinar detalles.
Pequeños cambios, como mejorar la circulación del agua o ajustar la luz, pueden marcar la diferencia en la salud general del ecosistema.

Y si te apetece aprender más, siempre puedes echar un vistazo a los vídeos del canal de Nascapers, donde mostramos cómo mantenemos los acuarios de la galería y los trucos que usamos en el día a día.

En definitiva

El paso del verano al otoño puede parecer un detalle menor, pero marca la diferencia entre un acuario que sobrevive y uno que prospera.

• Evita oscilaciones bruscas de temperatura. Intenta mantener el agua entre 24 °C y 26 °C.
• Cuida especialmente a las gambas, que no toleran bien el calor.
• Aprovecha el otoño para renovar el sustrato y replantar lo que haya sufrido.
• Recupera las rutinas de mantenimiento previas al verano, sin excesos.
• Y sobre todo, recuerda que la constancia vale más que cualquier equipo.

Si consigues mantener ese equilibrio, el otoño será una de las mejores épocas para disfrutar del acuario: estable, limpio y lleno de vida.